6.11.2008

El lápiz del carpintero, Manuel Rivas

El Rivas segueixo de sempre quan compro el país. M'ha agradat quan l'he sentit en entrevsites. Esquerres del Nord, més supervivents encara.

El lápiz del carpintero de Manuel Rivas ha sido, desde su primera edición en 1998, alabada tanto por la crítica especializada como por importantes escritores que han disfrutado de su lectura. Y en efecto, es una novela para disfrutar intensamente. No sólo por la historia que cuenta sino por cómo Rivas resuelve técnicamente la lucha entre dos personajes antagónicos.
Con la Guerra Civil Española como contexto, el médico republicano Daniel Da Barca, preso en las cárceles franquistas, y el obsesivo guardia civil Herbal, lleno de fantasmas y rencores, entrecruzan sus vidas en la prisión, el primero privado de libertad pero no de imaginación y fuerza, el segundo privado de amor y de alegría.
La cárcel es el eje de la narración en la que conviven presos memorables como el pintor que dibujó con un lápiz de carpintero el Pórtico de la Gloria, quien, después de ser asesinado por Herbal se "instala" en su cabeza como un fantasma para hacerle ver otros aspectos de su odiosa realidad.
Lo notable es cómo Rivas consigue que sea la voz del carcelero quien vaya desgranando la historia a una prostituta pero "interrumpido" por otras voves que, también en primera persona se ponen a hilvanar escenas sueltas de los dramas personales creados por las diferencias políticas, culturales y sociales del momento.
Impregnada de poesía, la novela rezuma de esa exquisita imaginación gallega que distingue inequívocamente a los autores de esta región de España.
Fue llevada al cine en 2004 con poca felicidad por Anton Reixa.


(c) Patricia Rodón
Publicado en Diario UNO, Mendoza, Argentina